A esperas del sí
Seis años después, volvemos a tener noticias sobre su reapertura y los acuerdos que se están llevando a cabo con el Ayuntamiento de Barcelona que les exige “obras de mejora y limitadores acústicos en el local”
Fotografía de: Ferran Sendra/ ElPeriódicoLa mítica y exclusiva sala de baile La Paloma, situada en el barrio del Raval de Barcelona, anuncia su reapertura tras seis años intentándolo. El exceso de ruido supuso el cierre de esta peculiar sala en 2006. La noticia hoy es que acaban de terminar las obras de rehabilitación llevadas a cabo por parte de sus propietarios, Mercedes March y su hijo Pau Solé, quienes según informa elPeriódico de Barcelona, han ido más allá de un simple acondicionamiento sonoro, en el mismo artículo del diario catalán se pueden ver algunas de las fotos del rejuvenecido recinto. Ahora toca esperar a que el Ayuntamiento de la ciudad de el visto bueno a las obras de reacondicionamiento de la sala.
Esta sala ha sido una de las más importantes de la Ciudad Condal a finales y principios del siglo XXI, conocida por albergar tanto fiestas de baile en horario de tarde –para un público mayor– como fiestas nocturnas –para un público más joven–. Una de las características más llamativas de La Paloma era justo ese momento de cambio de turno, donde los asistentes nocturnos entraban cuando la banda dejaba de tocar y se mezclaba con los visitantes de mayor edad compartiendo bailes y sonrisas.
La historia de La Paloma Fue la noche de Fin de Año de 2006 la última fiesta que la emblemática sala albergaría en su interior hasta el día de hoy, pero merece mirar atrás para todos los que desconozcan su historia. Desde que se fundó en 1903 La Paloma se ha convertido en joya patrimonial. Está catalogada como bien de interés urbanístico por la impresionante decoración que alberga en su interior, que fue realizada por Manuel Mestre y donde el estilo modernista más parisino cobra todo el protagonismo.
Pero, ¿por qué tiene tanta importancia su reapertura? Estamos casi seguros de que existe en algunos de los que estéis leyendo estas líneas el recuerdo de aquella verbena del pueblo que siempre se celebra en el mismo sitio; de la sala de conciertos de tu barrio que queda embotellada cuando llegan las fiestas, ya sabéis, un escenario y mucha pista para poner a prueba las dotes de baile de la familia al completo.
¿Y por qué está la conexión? Porque La Paloma es para los ciudadanos de Barcelona esa sala de fiestas de las que os hablamos, aunque, además esconde otras facetas que van más allá de la salsa y los pasodobles unido a la decoración de su interior que consigue trasladarte a uno de esos salones de baile del siglo XIX. Es decir, un pequeño palacete del clubbing que consigue que te sientas un tanto especial.
Y es que, la cultura de baile también ha tenido su particular espacio en La Paloma. Son muchos los que aún recuerdan como tras las sesiones vespertinas de orquestas y grupos locales el ambiente de la sala se iba transformando al de club. Justo a media noche, y sin apenas avisar del cambio de tercio, el público de La Paloma se veía envuelto en toda una atmósfera de sonidos electrónicos, con notaciones house y mucho sintetizador de por medio. Ejemplo de esto fue el dj y productor Professor Angel Dust con su famosa fiesta “Bongo Lounge” convirtiéndose en una figura pionera de la música electrónica en la Barcelona de los 90.
De momento, solo nos queda recordar cómo transcurrían los eventos en La Paloma, su ambiente y hasta la simpatía de la señora que limpiaba los baños durante las sesiones, de mano de los que tuvieron la suerte de vivirlo. El número 27 de la calle del Tigre nunca cerró del todo.